Regio regaña a su hijo al enterarse que tiene la mala costumbre de dejar propinas a los lugares que va

Monterrey.- Gran sorpresa y decepción se llevó Ernesto Garza de la Garza Treviño y Cantú, un hombre de 43 años de la ciudad de Monterrey, al enterarse que su hijo, un adolescente de 16 años de nombre Rubén Garza, adquirió de algún lado “la mala costumbre de dejar propinas a los lugares que va”.

Ernesto comenta que él no educó así a su hijo y no entiende en donde el joven adquirió la maña de dejar propinas si nadie de su familia, amigos y en general nadie de Monterrey, despilfarran el dinero en esas cosas innecesarias:

“Yo lo eduqué con principios y valores regios, no sé de donde agarró la mala maña de despilfarrar el dinero en propinas si ya bastante está haciendo en pagar el consumo de los alimentos o bebidas en los lugares a donde va.

Como buen regio yo no me dejo dominar ni dejo que los empresarios me quiten mi dinero; los dueños de bares, antros y restaurantes ganan muchísimo pero no le brindan un salario digno a sus empleados porque esperan que los clientes (además de consumirles) paguen el sueldo de los meseros dándoles propinas (cuando eso ya debería venir incluido en el consumo). La gente de otros estados nos podrá criticar, pero los regios somos los únicos que ponemos un alto cuando nos quieren ver la cara y cobrarnos dinero demás”, dijo.

El hombre señala que fue uno de sus amigos quien le comentó lo que estaba pasando:

“Tengo un compadre que su hijo es amigo de mi hijo, y fue él quien me dijo que ya todos sabían que Rubén dejaba propinas. Ahora entiendo porque siempre me pedía dinero demás a mí y a su mamá, realmente me dio coraje saber que lo que gano se va en esos despilfarres, así que decidí hablar con él”, señaló.

Garza menciona que se tranquilizó y decidió hablar con su hijo de buena manera para decirle que no estaba bien lo que hacía:

“Le pregunté cuantos de sus amigos o a cuantas personas en Monterrey conoce que dan propina, obviamente me dijo que ninguna, así que lo cuestioné sobre porque entonces él si dejaba.

Le expliqué que no es justo que nosotros paguemos el sueldo de los meseros si los dueños de negocios fácilmente pueden hacerlo. Por supuesto, para que no vuelva a pasar ahora le daré la mitad de lo que le daba para gastar, así ya no le quedarán ganas de derrochar el dinero en cosas innecesarias y será cauteloso con cada centavo que tenga en sus manos, como todo buen regio”, puntualizó.

Por: Omar Ariel Cortes

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